A pesar de las condiciones impuestas por el Papa, el jefe de la Iglesia católica rompe con una doctrina que fue endurecida en 2021. En aquel momento, el Vaticano decidió que las personas que "cometiesen un pecado" no debían ser bendecidas. La declaración emitida por la Santa Sede en aquel momento decía: "No hay absolutamente ninguna razón para creer que las relaciones entre homosexuales sean iguales al plan de Dios para el matrimonio y la familia". La declaración mencionaba además que Dios "no bendice los pecados".

Ahora el Papa toma un camino diferente. En el documento publicado hoy por el Vaticano, se afirma que podrán ser bendecidas "las parejas en circunstancias irregulares o las parejas del mismo sexo". Según el Vaticano, las personas que buscan el amor y la gracia de Dios no deberían ser objeto de un "análisis moral exhaustivo" para recibirlos.

Sin embargo, la Iglesia todavía mantiene una clara distinción entre los rituales tradicionales y la ampliación de la doctrina de la bendición. Así, las parejas del mismo sexo sólo pueden recibir la bendición fuera del servicio eclesiástico tradicional. Además, la ceremonia no ha de parecerse a una boda ni puede ir pareja a la celebración del matrimonio entre personas del mismo sexo.

A pesar de no alterar la postura de la Iglesia sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, el Papa Francisco está dando pequeños pasos hacia la emancipación LGBTQ+. Anteriormente, el Papa ha expresado su apoyo a las uniones civiles fuera de la Iglesia y su oposición a la criminalización de la homosexualidad.