Además de activista, Chiloba era diseñador de moda y vestía como quería. Prestó poca atención a los estereotipos de género en un país donde la ley prohíbe la homosexualidad.

Cientos de personas acudieron al funeral para despedirse. "Nadie debería morir por las acciones de otra persona, sin importar lo que hayan hecho, nadie merece ese tipo de castigo", dijo a la BBC su compañera de estudios Sharon Otieno.

La muerte de Chiloba todavía está rodeada de muchas interrogaciones. La policía de Kenia todavía no ha confirmado si se trata de un crimen de odio, pero se ha confirmado que la causa de su muerte fue la asfixia. Se encontraron calcetines en la boca de Chiloba.

Uno de los sospechosos es la propia pareja de Chiloba, el fotógrafo Jacktone Odhiambo. Aún así, las organizaciones LGBT+ vinculan el asesinato con el sentimiento hostil anti-LGBT+ en el país. Los activistas LGBT+ son asesinados con mayor frecuencia.

Chiloba experimentó violencia homofóbica a lo largo de toda su vida. Justamente, en el mes de julio del año pasado fue atacado por extraños. En una entrevista con Bold Network África, Chiloba describió cómo es ser queer en su país: "Bloquea muchas de mis ambiciones por el miedo a ser expuesto. Es un desafío, pero todos los desafíos se pueden superar. Creo firmemente que, con la expresión correcta a través de mi arte, puedo cambiar la forma de pensar de la gente. Entonces verán más allá de mi sexualidad".