Las redadas en Moscú del viernes por la noche estuvieron acompañadas de una demostración de fuerza policial. Además, los presentes debieron mostrar su identificación y se les hizo fotografías. Los informes de los medios rusos sugieren que la policía llevó a cabo las redadas bajo el pretexto de una operación de "control de drogas". Varias fuentes han informado a CNN que parece ser un control rutinario de posesión de drogas, si bien es cierto que se realizó justo después de la imposición de la prohibición al "movimiento LGBT+". Además, existen informaciones contradictorias sobre los establecimientos que fueron presuntamente allanados. Según el dueño de un club gay que, según medios independientes rusos, fue allanado, no pasó nada. Dijo que era sólo una fiesta temporal. "Seguimos funcionando", dijo a la CNN. Se desconoce el motivo por el que la policía tomó fotografías de los visitantes.

Sin embargo, la comunidad LGBT+ rusa está profundamente preocupada. La sentencia judicial ya había provocado que varios establecimientos LGBT+ cerraran preventivamente sus puertas, incluida la popular Estación Central de San Petersburgo. También hay informes de personas LGBT+ que evitan conscientemente eventos comunitarios por temor a posibles consecuencias.

Según la nueva prohibición, las personas LGBT+ pueden ser etiquetadas como "agentes extranjeros" o "extremistas", dos delitos que conllevan elevadas penas de prisión. Las organizaciones LGBT+ rusas pintan un panorama sombrío sobre el futuro: "Las personas con opiniones homófobas ahora se sienten cómodas. Y las perspectivas son sombrías", dice el coordinador de una organización LGBT+ rusa sobre la prohibición.