El parlamento está a punto de aprobar una ley para implementar una sentencia de la Corte Suprema, que considera inconstitucional la prohibición de la homosexualidad.
La Hermandad Evangélica de Botswana (EFB, por sus siglas en inglés), una organización que agrupa a varias denominaciones religiosas, pidió a sus simpatizantes que salieran a las calles a protestar. Este fin de semana, una multitud de creyentes marchó por la capital, Gaborone. "No los odiamos (a los homosexuales)", dice el presidente de la EFB, Pulafela Siele, a AfricaNews, "pero en nuestra opinión, esta ley no es un buen augurio para nuestro país". En declaraciones a Voces de África, Pulafela dice: "Esto abrirá las puertas a la inmoralidad. Comenzarán a enseñar estas cosas a los niños en las escuelas".
Entre la comunidad LGBT+, se teme el rol de las iglesias. Thato Moruti, director de LEGABIBO, siente que los grupos religiosos están intentando "manipular" al parlamento y al poder judicial. Le dice al periódico local GuardianSun que la Iglesia ha olvidado su papel en la sociedad, que es "predicar el amor y la aceptación". Moruti sugiere que la Iglesia no debe imponer "un fundamentalismo cristiano que provoca el odio y la intimidación".
En África, la posición de las personas LGBT+ se encuentra cada vez más bajo presión. Uganda aprobó recientemente una de las leyes anti-LGBT+ más estrictas del mundo. Malawi fue testigo de importantes manifestaciones anti-LGBT+ este mes. Las organizaciones religiosas, financiadas con donaciones de iglesias occidentales, suelen desempeñar un papel en estas campañas.