El fallo fue emitido por el Tribunal Supremo el mes pasado, tras la prohibición de las autoridades de Kenia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gays y Lesbianas (NGLHRC), una organización de defensa del colectivo LGBT+, basándose en la prohibición de la homosexualidad vigente en el país. El alto Tribunal puso fin a la prohibición razonando que la prohibición de la homosexualidad no significa que el colectivo  LGBT+ no pueda organizarse y luchar por la emancipación.

La declaración provocó ira e indignación en todo el país, de la política nacional a la Iglesia Anglicana. El arzobispo de Kenia, Jackson Ole Sapit, ve a la comunidad LGBT+ como una estrategia de los activistas climáticos radicales para despoblar el planeta. Los políticos también hicieron declaraciones homófobas. Kenia está siendo arruinada por Occidente, indican miembros del Parlamento. Varios funcionarios gubernamentales están haciendo afirmaciones similares, incluido el Ministro de Educación. El presidente ha dicho que lamenta el fallo, pero lo acepta mientras enfatiza que la homosexualidad es "inaceptable". Según el vicepresidente, la homosexualidad es “el diablo”.

No obstante, el fallo del Tribunal es positivo para el colectivo LGBT+ del país, según la NGLHRC. El director Njeri Gateru lo llama un "triunfo de la justicia y los derechos humanos". 

El sentimiento anti-LGBT+ está aumentando en África Oriental. Las teorías de conspiración en línea sobre las personas LGBT+ circulan tanto en Kenia como en Uganda, en las que se dice que los homosexuales están reclutando niños. Se dice que la homosexualidad no es africana y que Occidente la impone, si bien las leyes que prohíben la homosexualidad tienen sus raíces en la época colonial. 

En Kenia, la homosexualidad está prohibida y se pena con 14 años de prisión. Un miembro del Parlamento ha presentado una iniciativa legislativa que cambiaría la pena a cadena perpetua. Llama la atención que la “propaganda gay” también pasaría a estar castigada con cadena perpetua.