Donskoj declaró al periódico independiente Novaya Gazeta que fue el propio Kremlin quien inspiró su iniciativa cuando criticó a las embajadas que habían hecho ondear la bandera gay durante el Mes del Orgullo. El ministro de Asuntos Exteriores criticó, entre otros países, a Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido.
El alboroto que se formó en aquella ocasión le dio a Donskoj la idea de atar docenas de globos de helio a una bandera arcoíris y liberarla en el cielo moscovita un sábado por la noche. La acción no fue precisamente anónima: su nombre iba pegado a la bandera.
El activista es bien conocido en Rusia. Donskoj fue durante años alcalde de la ciudad de Arkhangelsk, en el norte del país, e incluso intentó optar a la presidencia, después de lo cual fue detenido por corrupción. Cumplió su condena para volver convertido en artista y activista, y en 2017 se declaró abiertamente homosexual.
Ondear una bandera arcoíris no es un acto baladí en Rusia, debido a la famosa ley que prohíbe la «propaganda gay». Numerosos activistas han sido detenidos en los últimos años por quebrantar esta ley.