Los padres llevaron a sus hijos a un hospital de Moscú el pasado mes de junio, debido a un posible caso de apendicitis. Allí, los médicos alertaron al Comité de Investigación de la Federación Rusa, el cual acusó posteriormente de «negligencia» a la agencia que gestionó la adopción por permitir que un homosexual adoptara a los niños.
Tras haber sido separados de sus hijos, los padres han recibido apoyo legal de dos organizaciones LGBT locales, Stimul y Coming Out. Un portavoz de Stimul ha manifestado su preocupación por la posibilidad de que la ley de 2013 sea utilizada para cancelar adopciones y romper aún más familias de padres homosexuales.