GLAAD lanzó la petición como una crítica a una política «caduca», que establece que los hombres gais y bisexuales no pueden haber tenido relaciones sexuales durante el año anterior a la donación. Además de ser considerada por muchos como discriminatoria, la idea subyacente ha sido desautorizada desde hace años por diferentes organizaciones médicas.
La petición es una respuesta a la conferencia de prensa del llamado “Cuerpo Especial de la Casa Blanca contra el Coronavirus” (White House Coronavirus Task Force) del 19 de marzo, durante la cual, el director de salud pública, Jerome M. Adams, instó a los ciudadanos a donar más para compensar la escasez de sangre.
Los activistas LGBT+ recalcan que una política restrictiva como la actual es un obstáculo que impide salvar vidas. El Instituto Williams ha estimado que, de eliminarse la limitación, podría haber unos 360.000 nuevos donantes de sangre que, en teoría, ayudarían a salvar más de un millón de vidas.
«La FDA tiene que poner la ciencia por encima del estigma», ha declarado Sarah Kate Elllis, directora ejecutiva y presidenta de GLAAD. «Los gais y bisexuales quieren donar sangre, y se les debería permitir que ayudaran a sus conciudadanos». La Cruz Roja norteamericana también se ha manifestado en contra de las restricciones: «La posibilidad de donar sangre no debería estar fundada en métodos que tengan en cuenta la orientación sexual».