En la entrevista con NBC News, Márquez habla de las dificultades para encontrar un refugio seguro. Nacido en México y criado en Nueva York, Márquez lleva cinco años sin un domicilio estable. A los dieciocho años tuvo que dejar a su familia, que no aceptaba su orientación sexual ni su identidad de género.
En la actualidad, Márquez vive en Sylvia’s Place, un refugio de emergencia para jóvenes LGBT+ instalado en una iglesia de Manhattan. Los refugios destinados a los jóvenes LGBT+, afirma, son mucho más seguros; de hecho, él mismo ha sufrido episodios de violencia homófoba en albergues ordinarios para los sin techo. Pero en los últimos tiempos, aparte de la violencia antigay y de los peligros inherentes a la vida en la calle, Márquez tiene otra preocupación: el COVID-19.
«Me preocupa no tener dónde quedarme», declara a NBC News. «Si se cierra el centro en el que estoy ahora, no me quedan más opciones». No solo le preocupa verse «obligado a vivir en un entorno homófobo», sino también una dolencia pulmonar congénita que le sitúa dentro del grupo de riesgo del COVID-19.
Los adolescentes y jóvenes LGBT+, como Márquez, son un grupo numeroso dentro del conjunto de los sin techo del país. El cierre a nivel nacional de escuelas y programas dedicados a la juventud, la reducción de horarios en centros LGBT+ y (algo muy habitual) el rechazo familiar, son factores que fuerzan a estos jóvenes y a las organizaciones que los apoyan a buscar nuevas formas de dar y ofrecer ayuda.
Las personas LGBT+ suponen, según estimaciones, el 4,5% de la población adulta de Estados Unidos, pero estudios recientes señalan que el porcentaje entre los sin techo podría estar entre el 20% y el 45%. Entre los jóvenes de 18 a 25 años, las personas LGBT+ tienen una probabilidad 2,2 veces mayor que el resto de la población de no tener un lugar donde vivir. Estas cifras provienen de un estudio del Williams Institute, perteneciente a la universidad de Los Ángeles (UCLA).
El New York City LGBT Community Center, uno de los centros LGBT+ que ha cerrado sus puertas debido a la pandemia, ofrece una serie de servicios a distancia, como sesiones individuales de orientación, programas de desintoxicación y programas sociales para jóvenes. Por su parte, el centro LGBT+ de Los Ángeles ha cancelado todos los encuentros no esenciales y, aunque la residencia sigue abierta, limita sus programas para la juventud a la alimentación y a ciertas necesidades críticas.