La policía hizo una redada en el lugar de las afueras de Kampala donde se ocultaban los detenidos (catorce hombres homosexuales, dos hombres bisexuales y cuatro mujeres transgénero). Patrick Onyango, portavoz de la policía, rechaza las acusaciones de los activistas LGBT+, que afirman que el grupo fue arrestado por cuestiones de orientación sexual o identidad de género.
En declaraciones a Thomson Reuters Foundation, el portavoz policial afirma que se han presentado dos cargos contra el grupo: desobediencia del ordenamiento legal y negligencia a la hora de evitar la expansión del virus. Estos cargos podrían acarrear penas de entre dos y siete años de prisión. Aunque en principio hubo veintitrés arrestados, tres de ellos fueron puestos en libertad por razones médicas. La sentencia para los veinte restantes se espera para el veintinueve de abril.
«Siempre recurren a otras acusaciones para arrestar a gente por “comportamientos antinaturales”, por lo que esto [el coronavirus] les viene como anillo al dedo», ha declarado Patricia Kimera, abogada de Human Rights Awareness and Promotion Forum, que se encarga de la defensa del grupo. «Pero la razón del arresto es, sin duda, la orientación sexual de los detenidos».
En Uganda, el sexo entre personas del mismo sexo está prohibido, y puede llegar a castigarse con cadena perpetua. Uganda es uno de los países más estrictos en cuestiones de derechos LGBT+.