Las agencias de noticias informan de unos quinientos participantes en la primera celebración del Orgullo desde que Rusia comenzase su invasión a gran escala del país. Entre los participantes, había soldados a los que se concedió permiso para unirse a la marcha. De hecho, muchos de los soldados llevaban una insignia con un unicornio, el símbolo de los miembros LGTB+ de las fuerzas armadas ucranianas.
Sin embargo, el desfile del Orgullo distó mucho de ser como en otros países, ya que a los participantes sólo se les permitió recorrer una pequeña distancia por motivos de seguridad. Una de las amenazas que enfrentaban los participantes del Orgullo procedía del interior del país. En concreto, unos pocos cientos de activistas de organizaciones de extrema derecha quisieron reventar su marcha pacífica. Si bien la policía consiguió mantener separados a ambos grupos, al terminar el desfile del Orgullo los contramanifestantes reclamaron la calle con gritos homófobos mientras sacaban a relucir símbolos nazis. Uno de los activistas anti-LGTB+ declaró a la agencia de noticias AFP que si bien no es homófobo, cree que "las personas LGTB+ no deberían luchar por tener más derechos".
Una de las reivindicaciones del Orgullo por las que marchaba la multitud es la introducción de uniones civiles entre personas del mismo sexo. La falta de un marco legal para las parejas LGTB+ implica que las parejas de los soldados fallecidos o heridos no tienen derechos en cuanto a visitas al hospital o funerales, y muchas veces ni siquiera se les informa de lo ocurrido a sus seres queridos en el campo de batalla.