Un tercio de Polonia, declarado «zona libre de LGBT». ¿Cómo hemos llegado a este punto?

Como todo el mundo sabe, Polonia es un país conservador en el que la iglesia católica juega un papel decisivo en el establecimiento de normas y valores. Este hecho determina muchas de las luchas en las que se ha visto envuelto el movimiento LGBT+, dentro de un conflicto político cuyo punto culminante ha sido la declaración de «zonas libres de LGBT» en diferentes regiones el país.
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Primavera de 2019. La campaña electoral está en su apogeo. El partido conservador Derecho y Justicia (PiS, en sus siglas en polaco) se encamina hacia una nueva victoria. El PiS, especialmente asentado en zonas rurales poco pobladas, se centra en un grupo concreto para reforzar su mensaje conservador: en lugar de los inmigrantes, el chivo expiatorio de las elecciones anteriores, el grupo elegido para apuntalar los ideales del PiS es el de las personas LGBT+. En julio de 2019, el presidente del partido pronuncia un discurso en el que califica los derechos LGBT+ como «algo importado del extranjero» que representa «un ataque directo contra la familia y los niños».

Obviamente, este discurso no es nuevo. En otros países igualmente conservadores del este de Europa, como Rusia o Hungría, los políticos usan la retórica anti-LGBT+ como una forma de propaganda entre la población conservadora. Los parlamentos locales y regionales del sureste de Polonia trabajan duro para encontrar el tono adecuado para el mensaje del PiS y, de forma independiente, van adoptando resoluciones que declaran su territorio «libre de ideología LGBT». Estas resoluciones se deben, al menos en parte, al apoyo mostrado por la comunidad LGBT+ al alcalde liberal de Varsovia.

Los acontecimientos de Polonia llegan a los medios internacionales el 18 de julio, después de que el diario polaco Gazeta Polska eche más leña al fuego: unos 100.000 suscriptores reciben pegatinas en las que aparece un arcoíris tachado. El texto que acompaña a la imagen reza: Strefa wolna od LGBT, que se puede traducir como «zona libre de LGBT». Una semana más tarde, un juez polaco ordena al periódico que retire las pegatinas, pero la bola de nieve ya no se detiene. De hecho, el periódico no se da por enterado y se refiere al fallo del tribunal como fake news («noticias falsas»).

Cada vez más áreas conservadoras de Polonia se autodeclaran «zona libre de LGBT», mientras la oposición polaca descalifica la campaña anti-LGBT+ del PiS. Entretanto, los eventos del Orgullo se convierten en una batalla ideológica; algunos se cancelan, otros se ven seriamente perturbados. Una mujer es detenida por mostrar una imagen de la Virgen María con un halo multicolor. Y el PiS de Jarosław Kaczyński se hace con la mayoría absoluta en las elecciones.

El número de « zonas libres de LGBT» no deja de crecer. Pese a que una gran mayoría de los parlamentos europeos se ha pronunciado en contra con gran dureza, no se han producido cambios, pero sí ha habido consecuencias: el ayuntamiento francés de Saint-Jean-de-Braye rompió recientemente su hermandad con el ayuntamiento «libre de LGBT» de Tuchow.

Actualmente, una tercera parte del país se ha declarado «zona libre de LGBT», incluyendo algunos ayuntamientos que se han adherido durante el último mes. Gracias a la mayoría del PiS, parece improbable un cambio de tendencia. Sin embargo, la comunidad LGBT+ aún conserva alguna esperanza de cambio: el exalcalde homosexual de Słupsk, Robert Biedroń, será el representante de la (minúscula) oposición de izquierdas en las próximas elecciones presidenciales.

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