Durante la investigación se constató que McLoone había abierto una cuenta bancaria con el nombre «St. Joseph Activity Account» después de comenzar su labor como sacerdote en esa iglesia en el año 2011. En la cuenta se depositaba el dinero procedente tanto de donativos como de bodas y funerales.

Al parecer, una vez efectuados los ingresos, McLoone retiró 46 000 dólares desde un lugar cercano a su casa de New Jersey y, según ha reconocido posteriormente, invirtió el dinero en «relaciones personales» con otros hombres. También transfirió 1200 dólares a un preso de una cárcel de Nueva York al que había conocido en Grindr, según ha publicado LGBTQ Nation.

Los investigadores descubrieron que había repartido un total de 1720 dólares (en diecisiete pagos diferentes) entre varios contactos de Grindr. Parece ser que McLoone llegó a acumular todo ese dinero incrementando los costes que su iglesia cobraba por servicios como bodas y funerales. Ahora se enfrenta a diferentes cargos, entre los que se encuentra un delito de hurto.