El 25 de marzo, los jueces Nolan Bereaux y Charmaine Pemberton dictaminaron que la decisión de 2018 de despenalizar los actos homosexuales era legalmente incorrecta. En consecuencia, se restableció la vigencia de los artículos 13 y 16 de la Ley de Delitos Sexuales, que prohíben estos actos aun cuando medie el consentimiento. El juez Vasheist Kokaram emitió una opinión disidente.
En 2018, esta prohibición fue declarada inconstitucional por el juez Devindra Rampersad, pero el gobierno apeló la decisión, lo que ha supuesto que la antigua ley vuelva a estar en vigor.
El activista Jason Jones, quien interpuso la demanda contra la ley en 2017, expresó su decepción tras escuchar el fallo. "El Tribunal de Apelaciones de Trinidad y Tobago ha puesto una diana sobre la espalda de cada persona LGTBQIA+ y nos ha convertido en ciudadanos de segunda clase en nuestro propio país", escribió en redes sociales. Describió el fallo como "un retroceso para las personas LGTBQIA+ en Trinidad y Tobago".
En otros países caribeños, como Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nieves, y Barbados, la homosexualidad ha sido despenalizada en los últimos años. Pero aún hay casos pendientes contra leyes similares en Jamaica y San Vicente y las Granadinas.
Jones ha anunciado que apelará ante el Consejo Privado, un tribunal para los países de la Commonwealth. "Espero que se haga justicia y que estas atroces leyes discriminatorias, legado del colonialismo británico, sean derogadas por los tribunales británicos", declaró Jones.