Psicólogos polacos se pronuncian contra las terapias de conversión

Un grupo de psicólogos polacos ha publicado en el diario Gazeta Wyborcza una carta contra las terapias de conversión. Este tipo de terapias, cuyos efectos perniciosos están demostrados, intentan convertir a una persona en heterosexual o cisgénero. «Simplemente, no se puede ”restaurar” la orientación sexual de una persona »
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«Esta carta va dirigida a la comunidad LGBT+, y a todos los que tenéis problemas para definir vuestra orientación psicosexual y vuestra identidad sexual», reza el encabezamiento del mensaje publicado en el diario liberal-izquierdista. Los psicólogos se distancian con rotundidad de las terapias de conversión en cualquiera de sus denominaciones: «cura de la homosexualidad», «ayuda para recuperar la orientación sexual natural», «ayuda espiritual para personas LGBT+»...

«Nosotros, los psicoterapeutas y psicólogos que aconsejamos, asesoramos y diagnosticamos, que trabajamos en nombre de la ciencia y la educación, somos conscientes de la opresión a la que os enfrentáis día tras día», declaran los firmantes, y subrayan: «Los psicólogos profesionales nunca practicarán terapias de conversión». La carta aparece en un momento en el que la comunidad LGBT+ sufre ataques continuos en los países del este de Europa. La semana pasada, el primer ministro polaco se declaró partidario de las clínicas especializadas en terapias de conversión. La publicación de la carta es una respuesta de apoyo a la comunidad LGBT+.

Los psicólogos alertan del clima de hostilidad contra las personas LGBT+ que reina en Polonia. «Desconfiad de los psicólogos con prejuicios», avisan. «Antes de comenzar una terapia, preguntad a vuestro terapeuta por sus certificados, su experiencia profesional y su actitud hacia las personas LGBT+». El escrito anima a solicitar siempre documentos oficiales.

La carta termina con una disculpa: «Pedimos perdón por cada situación en la que, en vez de la ayuda que necesitabais, encontrasteis malas palabras, diagnósticos tendenciosos, rechazo o una postura ideológica disfrazada de “tratamiento”. Cosas así nunca deberían haber ocurrido», afirman los psicólogos.

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