«Hay un riesgo real de que nos encontremos ante un intento por parte de la Comisión Europea de obligarnos a legalizar el llamado “matrimonio gay”, incluyendo el derecho de adopción», afirmó Ziobro en rueda de prensa. «Pues bien: nosotros no podemos aceptarlo de ningún modo».
El martes 21 de julio se hizo público el acuerdo. Aunque las ayudas europeas quedaron vinculadas al respeto a la ley, Polonia se las arregló para suavizar las condiciones. Dado que el acuerdo requería unanimidad, tanto Polonia como Hungría han conseguido ralentizar el proceso. Finalmente se ha decidido que, en el futuro, los estados miembro podrán cancelar el suministro financiero a un país si una mayoría cualificada de ellos considera que dicho país viola ciertos principios constitucionales.
«Lo peleamos y ganamos», afirmó el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. «Hungría y Polonia no solo se han asegurado la recepción de unos fondos sustanciales, sino que también han sabido proteger su orgullo nacional. Hemos conseguido rechazar todos los intentos de que el criterio de “respeto a la ley” quede vinculado al reparto de fondos europeos».