Pete Buttigieg: ¿primer presidente gay de Estados Unidos?

Poca gente había oído hablar de él. Se llama Pete Buttigieg y es el alcalde de la ciudad de South Bend, en el estado de Indiana. A sus treinta y siete años no tiene gran experiencia, sobre todo en comparación con otros candidatos demócratas a la presidencia. Sin embargo, las encuestas ya le dan como ganador en un estado. ¿Quién es este político? ¿Tiene posibilidades reales de convertirse en el primer presidente gay de Estados Unidos?
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Que la orientación sexual de Buttigieg es algo llamativo en Estados Unidos lo demuestra un vídeo de un político del estado de Tennessee que se ha hecho viral. «Hasta tenemos a un gay que se presenta para presidente», grita el hombre, con un palillo entre los dientes, y añade: «No sé si se puede caer más bajo».

Buttigieg, cuyo apellido es complicado de pronunciar, nació en South Bend, una ciudad de cien mil habitantes del medio oeste de los Estados Unidos, una zona en la que ganó Donald Trump en las últimas elecciones. Ahora cumple su segundo mandato como alcalde de su ciudad natal, tras unas elecciones en las que obtuvo el 80% de los votos. Buttigieg es un hombre religioso, ha estado en el ejército y está casado. Sobre el papel parece el candidato perfecto, pero tiene poca experiencia de gobierno, es relativamente joven y está casado, sí, pero con otro hombre.

Homosexualidad

Su homosexualidad no tiene por qué ser un obstáculo, tal y como se vio en su reelección como alcalde. Salió del armario durante el primer mandato y fue reelegido con holgura. Varios medios norteamericanos opinan que el hecho de estar casado con un hombre hace resaltar a Buttigieg frente a los demás candidatos. Pero su falta de experiencia sí puede ser problemática, ya que compite con un exvicepresidente y dos senadores. Frente a esos perfiles, un puesto como alcalde de una ciudad que ni siquiera está entre las trescientas más grandes del país no impresiona demasiado. Sin embargo, su desempeño en la alcaldía no ha pasado desapercibido. Obama lo mencionó como uno de los potenciales nuevos líderes del partido.

Buttigieg es menos radical que sus oponentes socialistas, Elizabeth Warren y Bernie Sanders. Su campaña se centra en «libertad, seguridad y democracia». No es partidario del seguro de salud obligatorio para todos los norteamericanos. Por otro lado, atrae a los millennials con temas como el cambio climático y el bienestar de las nuevas generaciones. En realidad, se considera a sí mismo un «auténtico» millennial.

Buttigieg es una persona comedida y tranquila. «Ya tenemos a un líder que se pasa el día gritando. ¿Y de qué nos vale?», afirmó en una entrevista con la revista Time.

En busca del voto negro

Como candidato, Buttigieg no lo tiene muy fácil. Los medios norteamericanos miran con lupa sus intentos de ganarse el voto de los afroamericanos, un grupo que lo ve con escepticismo. En su primer mandato como alcalde de South Bend, Buttigieg despidió al primer comisario jefe de color de la policía local. Además, ha utilizado la frase «all lives matter» («todas las vidas importan»), que suele contraponerse al movimiento Black Lives Matter («las vidas de los negros importan»), aunque, según ha declarado, esa no era su intención. «Desde que me enteré, he dejado de usarla». Pero, tras la aparición de un informe que sugiere que los afroamericanos podrían tener problemas con su orientación sexual, el candidato se vio envuelto en una incómoda discusión sobre la homofobia de los votantes de color.

La desesperación del equipo de campaña de Buttigieg por captar el voto negro se hizo patente cuando eligieron para una plan contra la discriminación la imagen de una mujer de Kenia con su hija. Fue retirada de inmediato pero, obviamente, no benefició a su campaña en absoluto.

Escándalos

Buttigieg también se ha visto envuelto en otros «escándalos». Por ejemplo, la aparición de una foto suya en el monumento al holocausto de Berlín, publicada en 2017 por su pareja, en la que posa de manera poco adecuada. O el registro por parte del FBI de las oficinas de una inmobiliaria de South Bend, ya que la vivienda ha sido un punto esencial de su programa de gobierno como alcalde.

Está claro que Buttigieg quiere cambiar de trabajo. Poco a poco va subiendo en las encuestas y ya es el primero en el estado de Iowa. Pese a todo, aún le queda un largo camino para convertirse en el primer presidente gay de Estados Unidos. Tiene que superar a los candidatos más izquierdistas, Elisabeth Warren y Bernie Sanders, pero su rival más temible es el exvicepresidente Joe Biden que, curiosamente, es muy popular entre los votantes afroamericanos.

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