El 10 de octubre, World Rugby presentó la nueva norma, que es el resultado de un largo debate sobre la participación de las mujeres trans en la liga femenina. A principios del verano pasado, el diario The Guardian publicó que World Rugby había enviado a las ligas nacionales los resultados de una investigación que sostiene que el riesgo de lesiones aumenta «de un 20 a un 30 por ciento» cuando una mujer sufre un placaje por parte de otra jugadora «que ha vivido una pubertad masculina». El estudio sostiene que las normas que rigen la participación de mujeres transgénero son «insuficientes».
World Rugby ha utilizado los hallazgos del grupo de investigadores para elaborar la nueva norma. En su razonamiento, la federación internacional cita las supuestas ventajas que la producción de testosterona aporta a las mujeres transgénero, además del argumento de las lesiones. «El riesgo en los placajes puede incrementarse», afirma. Y, dado que la integridad de los jugadores es su principal prioridad, «World Rugby no puede permitir que la seguridad se vea afectada al mezclar jugadoras más fuertes (debido a la producción de testosterona) con el resto». La nueva norma no impide a los hombres transexuales participar en las competiciones masculinas.
Rugby Nederland no va a aplicar esta norma. «Rechazamos explícitamente la norma que prohíbe participar a las mujeres transgénero en nuestra competición», afirma Annelies Acda, secretaria de la federación. «Consideramos que el rugby es un deporte inclusivo y abierto a todo el mundo. Es un deporte de contacto con una importante carga social. El respeto por las diferencias es lo que define este deporte. Tener en cuenta solo una posible diferencia de fuerza lleva a discriminar a priori a las mujeres transgénero, lo cual nos parece inaceptable. Por eso rechazamos esta norma».
También la RFU británica se opone al veto a las mujeres trans. En declaraciones a The Guardian, la federación pide más pruebas científicas, así como la evaluación de medidas menos drásticas en relación con la participación de las personas transgénero. «Queremos conocer el punto de vista de las jugadoras de la liga femenina. La RFU está comprometida con la inclusión de las personas LGBT+ en el deporte, con su seguridad y con el juego limpio, a todos los niveles», afirma un portavoz de la federación.
Las federaciones nacionales no están obligadas a aplicar la nueva norma promulgada por World Rugby.