En la noche del pasado viernes al sábado, la policía rusa entró en al menos tres bares de Moscú, justo cuando los asistentes estaban de fiesta. Según los medios estatales, las redadas tenían como objetivo hacer cumplir la prohibición de la "propaganda LGTB+".

Esta no es la primera vez que bares gays rusos clandestinos se enfrentan a la intervención policial. En octubre, se produjeron redadas similares bajo el pretexto de una "operación de control de drogas". El hecho de que la agencia de noticias estatal confirme ahora que los clubes LGTB+ no oficiales pueden esperar nuevas visitas policiales marca un nuevo paso en la restricción de las libertades de las personas LGTB+ en Rusia.

Los vídeos de las redes sociales muestran a la policía obligando a los asistentes a tumbarse en el suelo, según informó la agencia de noticias AP. Las autoridades, al parecer, confiscaron teléfonos móviles y exigieron a los presentes que presentaran sus documentos de identificación.

Uno de los clubes afectados por las redadas publicó en Telegram: "Amigos, sentimos mucho que haya ocurrido lo que ocurrió. No encontraron nada prohibido. Vivimos en tiempos difíciles, pero la vida sigue".

Las redadas coincidieron con el primer aniversario de la clasificación rusa del "movimiento internacional LGTB+" como organización extremista, una lista que incluye a grupos como ISIS y Al Qaeda. Desde entonces, Rusia ha intensificado la presión sobre las personas LGTB+. Además de numerosas redadas en bares gay clandestinos, también se han visto cada vez más restringidas otras formas de expresión. Por ejemplo, dos influencers se vieron obligadas a disculparse después de compartir un beso en las redes sociales. Asimismo, una agencia de viajes que organizaba viajes exclusivamente para hombres fue objeto de una investigación policial.