Esto significa que los actos del Orgullo podrían llegar incluso a ser ilegales. La ley, similar a la homóloga rusa sobre "propaganda gay", también prohibiría a las personas cambiar su género y restringiría la discusión de las relaciones homosexuales en el ámbito educativo y en la televisión.
En octubre se celebrarán elecciones en Georgia, y el actual partido gobernante, Sueño Georgiano, se enfrenta a intensas protestas por su apoyo a otra ley que etiquetará a las organizaciones que cuenten con financiación extranjera como "agentes extranjeros". Muchos georgianos ven esta ley como un gesto hacia Rusia, mientras que una gran parte de la población preferiría acercarse a Europa.
Los partidos de la oposición ven la ley anti-LGTB+ como un intento del gobierno de ganar votos del sector conservador georgiano. Giorgi Tabagari, organizador del Orgullo de Tbilisi, dijo a Reuters que teme que la vida para la comunidad LGTB+ en Georgia se vuelva "insoportable" si se aprueba la ley.
En la conservadora Georgia, la aceptación de la comunidad LGTB+ es baja. Los eventos del Orgullo son atacados regularmente por grupos ultraconservadores. La Iglesia Ortodoxa también ha abogado durante mucho tiempo por la prohibición de la "propaganda LGTB+".
En contraposición, la Unión Europea ha expresado su preocupación por el estado de los derechos LGTB+ en el país caucásico en numerosas ocasiones. La restricción de los derechos LGTB+ obstaculizarían una posible adhesión a la Unión Europea.