Nicky Doll critica la indignación de la extrema derecha por la actuación de drag queens en la inauguración de los Juegos Olímpicos

La drag queen Nicky Doll (conocida por RuPaul’s Drag Race) no tiene ninguna estima por los políticos y comentaristas conservadores que se sintieron ofendidos por la actuación de drag queens durante la inauguración de los Juegos Olímpicos. “¡No nos vamos a ir a ninguna parte!”
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La supuesta representación de “La última cena” de Leonardo da Vinci por parte de un grupo de drag queens durante la inauguración de los Juegos no sentó bien a muchos políticos conservadores. La drag queen Nicky Doll, una de las artistas queer que actuó durante la ceremonia, no se deja intimidar por la reacción negativa en las redes sociales. “Tuve un sueño, y ese sueño se hizo realidad ayer”, escribe en Instagram. “Soñé que Francia representaría a su población al máximo en el mayor escenario del mundo y en su espectáculo más grande: la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos”.

“Fue un tremendo honor actuar frente a billones de personas en todo el mundo y celebrar a nuestros atletas olímpicos”. Para los críticos, Nicky Doll tiene un mensaje: “Aquellos que se pusieron nerviosos al ver la homosexualidad en la pantalla, recordad: NO NOS VAMOS A IR A NINGUNA PARTE”.

A Thomas Jolly, director artístico de la ceremonia inaugural, tampoco le importa el revuelo causado: "En Francia, la gente es libre de amar como quiera, es libre de amar a quien quiera, es libre de creer o no creer". Según Jolly, la escena con las drag queens no representaba "La última cena". Así, dijo en la televisión francesa: "La idea era representar una gran fiesta pagana en honor de los dioses en el [griego] monte Olimpo, ya que celebramos los Juegos Olímpicos".

Tras la ceremonia, se sucedieron en todo el mundo reacciones de políticos y comentaristas, en su mayoría conservadores, todos ofendidos por la actuación de las drags. La política francesa de extrema derecha Marion Maréchal dijo que la ceremonia no representaba a Francia, sino a "una minoría de izquierdas dispuesta a cualquier provocación". Elon Musk la calificó de "extremadamente irrespetuosa con los cristianos". Por su parte, el ultraderechista holandés Geert Wilders la tachó de “tontería progresista”.

Incluso la Conferencia Episcopal Francesa se sintió obligada a emitir un comunicado sobre la representación. En el comunicado, calificaron la actuación de “burla del cristianismo”, que “deploran profundamente”.

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