La legisladora republicana estatal Heather Scott ha descrito la decisión del Tribunal Supremo que en 2015 permitió casarse a las parejas del mismo sexo como una "extralimitación ilegítima" de sus funciones. Scott aboga porque el Tribunal restablezca ahora la "definición natural" del matrimonio, que ella define como la unión entre un hombre y una mujer, y argumenta que deberían ser los estados los que tuvieran la autoridad para decidir si las parejas del mismo sexo pueden o no casarse.
Desde 2015, la composición del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, cuyos miembros son designados políticamente, ha cambiado de forma drástica. Al bloquear un nombramiento al final del mandato del presidente Obama, los republicanos se aseguraron una mayoría de seis jueces conservadores frente a tres progresistas.
Entre otras medidas, esta mayoría de jueces conservadora ha revocado el derecho al aborto y concedido al presidente Trump una amplia inmunidad. Los republicanos creen que ahora es el turno de enfrentar y revertir el matrimonio igualitario.
Sarah Warbelow, de la organización Human Rights Campaign (HRC, por sus siglas en inglés), ha calificado la resolución como una "maniobra cruel" y ha denunciado que los "ataques extremistas" contra los derechos LGTB+ en Estados Unidos son cada vez más agresivos.