En esta propuesta, la “propaganda” para adultos también se incluirá dentro de la ley. De hecho, imposibilita que cualquier persona del colectivo LGTBI+ se exprese como tal. Los parlamentarios que promueven dicha ley critican la imposición de los valores “occidentales” sobre sus compatriotas.

El influyente político Aleksandr Chinshtejn lo expresa así: “Proponemos extender este veto a dicha propaganda de forma general, independientemente de la edad de los receptores (en los medios de comunicación, Internet, redes sociales, etc.)”.

No era nada inesperado; ahora que Rusia ya no forma parte del Consejo Europeo, la organización que se encarga de los temas relacionados con los derechos humanos, su gobierno promueve una estricta defesa de los “valores rusos”. El presidente de la Duma, Vyacheslav Volodin ya dijo anteriormente que las peticiones a favor de legalizar el matrimonio entre dos personas del mismo género en Rusia “es cosa del pasado”.

La ley anti-proganda rusa se aprobó en 2013 y, desde entonces, los miembros de la comunidad LGTBI+ cada vez lo han tenido más difícil para expresarse en público. Este método de defensa de los “valores tradicionales” también se está usando en otros países europeos, como Hungría, que cuenta con leyes similares a esta.