Según el ministerio, la enmienda introduce cambios significativos en el área de la reproducción asistida. Establece de manera explícita que la incapacidad para concebir debido al género ya no se considera infertilidad médica, lo que conlleva que los hombres ya no pueden recurrir a la gestación subrogada para tener un hijo.
Además, la ley estipula que la aprobación judicial de la gestación subrogada solo será definitiva una vez que la sentencia judicial pertinente sea firme, lo que podría retrasar significativamente o incluso impedir el acceso a los procedimientos legales para ciertos grupos.
En el pasado, los tribunales griegos emitieron sentencias contrarias a esta nueva restricción. Precisamente, la enmienda parece ser una respuesta a interpretaciones judiciales anteriores, que permitían la gestación subrogada a parejas de hombres o a hombres solteros.
Otro de los argumentos utilizados para justificar la enmienda es la lucha contra la trata de personas relacionada con la gestación subrogada. Según el gobierno, ha aumentado el número de mujeres extranjeras que se registran como residentes solteras en Grecia para convertirse en madres subrogadas a cambio de altas sumas de dinero que superan los límites de compensación legalmente permitidos.
El ministro Floridis defendió la ley, destacando su “profundo carácter humanitario”. Según él, Grecia corre el riesgo de convertirse en un foco internacional de explotación de la gestación subrogada si no se endurece la regulación.