El joven, cuyo nombre es Devin Bryant, salió del armario en octubre del año pasado. En declaraciones al periódico LGBT+ Dallas Voice, su madre afirma que el muchacho nunca tuvo problemas hasta la llegada de un nuevo director al instituto Covenant Christian Academy.

Aunque admite haber firmado el código de conducta del colegio, que condena la homosexualidad y prohíbe las drogas y el fornicio, la madre afirma que la salida del armario de Devin no constituyó ningún problema.

Sin embargo, sí lo fue para el nuevo director. Llamó a la madre para informarla de que su hijo ya no era bienvenido en la escuela. «¿Es usted cristiano?», le preguntó la madre, y continuó: «Jesús nunca haría lo que está haciendo usted». A lo que el director supuestamente contestó: «Hago lo que Jesús querría que hiciera».

Según Devin, en la escuela conocían desde hacía tiempo su orientación sexual; de hecho, incluso hubo profesores que le apoyaron cuando salió del armario. Lo que sospecha es que la escuela no quiere que los estudiantes aireen su identidad sexual tal y como hizo él. Su madre piensa que la expulsión de su hijo es un aviso para el resto de los estudiantes.

Devin va a comenzar su último año de la enseñanza secundaria en una escuela pública. «No siento odio ni rencor. Sé que todo me irá bien», afirma.