Si bien la campaña de Trump se centró en cuestiones como la economía y la inmigración, también logró poner el foco en políticas progresistas sobre la atención sanitaria de las personas transgénero. Así, su campaña llegó a destinar un tercio del presupuesto dedicado a anuncios televisivos a anuncios con un marcado carácter anti-trans con el fin de persuadir a votantes moderados de los suburbios de grandes ciudades.
Independientemente de lo que finalmente motivase a los votantes, las organizaciones LGTBQ+ ya advirtieron durante la campaña sobre el posible retroceso de los derechos LGTBQ+ bajo un segundo mandato de Trump. La organización Human Rights Campaign (HRC) declaró: “Como presidente, Donald Trump lideró una administración virulenta anti-LGTBQ+, prohibiendo a valientes miembros transgénero servir en el ejército y abogando por retrocesos en las protecciones contra la discriminación”.
El año pasado, Trump criticó abiertamente las políticas transgénero de Biden, calificándolas de “vergonzosas” y “ridículas”, y refiriéndose a la atención médica para la afirmación de género como “mutilación infantil”. En un vídeo de cuatro minutos, propuso una ley para definir solo dos géneros, masculino y femenino, y calificó las identidades trans como un “invento de la izquierda radical”.
Los planes propuestos durante la campaña de Trump, así como los de sus aliados republicanos, también suscitan inquietud. Un número creciente de estados liderados por el partido republicano han llegado a prohibir la atención médica para la afirmación de género en menores, han restringido las actuaciones de drag a mayores de edad y han legalizado el despido de profesores que hablen de temas LGTBQ+ en las escuelas.
En el “Proyecto 2025,” un escrito de un centro de ideas conservador considerado como guía del gobierno de Trump, se enfatiza la importancia de una familia encabezada por un hombre y una mujer. Human Rights Campaign lo describe como una “bola de demolición” de los derechos LGTBQ+, sugiriendo que el matrimonio entre personas del mismo sexo podría quedar relegado a un estatus de segunda categoría, otorgando a las parejas del mismo sexo menos derechos que a las heterosexuales. Además, según esta guía, las protecciones contra la discriminación de personas LGTBQ+ podrían volver a retroceder.
Trump fue presidente de los Estados Unidos de América de 2016 a 2020. Durante su mandato su gobierno redujo las políticas LGTBQ+, prohibió el acceso de personas transgénero al ejército, recortó los fondos para medicamentos contra el VIH/SIDA y designó jueces anti-LGTBQ+ para servir en el Tribunal Supremo. Las organizaciones LGTBQ+ temen ahora que el propio Tribunal Supremo pueda revocar el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo (actualmente reconocido a nivel nacional), al igual que pasó con el derecho al aborto.