Adiós al SARS, la unidad especial de la policía nigeriana que asesina a (queer) inocentes

Hace años que los nigerianos aspiran a acabar con las Fuerzas Especiales Contra el Robo (SARS, en sus siglas en inglés). Desde principios de octubre ha habido violentas manifestaciones en protesta por el uso de violencia gratuita por parte de las SARS contra grupos vulnerables, incluida la comunidad LGBT+. Por ejemplo, los hombres que se visten de forma «femenina» tienen que tener especial cuidado con esta unidad policial. Como resultados de las protestas, decenas de personas han sido secuestradas, agredidas o incluso asesinadas
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El lunes 20 de octubre, soldados del ejército de Nigeria dispararon contra los participantes de una manifestación.  Según Amnistía Internacional, decenas de personas resultaron heridas o muertas. Al parecer, el ejército se llevó los cuerpos de las víctimas. En total, entre los años 2017 y 2020, Amnistía Internacional ha documentado 82 casos de brutalidad policial injustificada por parte de las SARS.

El cuerpo se creó en 1992 para luchar contra los robos con violencia y delitos similares, pero pronto ganó trágica notoriedad por perpetrar asesinatos extrajudiciales, torturas y otras violaciones de los derechos humanos. Estos actos ilegales han sido ignorados o incluso aceptados por los gobernantes nigerianos.

Según Amnistía Internacional, los hombres de pocos recursos pertenecientes a grupos vulnerables, especialmente en la esfera queer, son objetivos habituales de esta violencia policial. Los hombres con apariencia femenina deben tener especial cuidado con la brutalidad policial. Nigeria suele aparecer en la lista de los países más peligrosos del mundo para la comunidad LGBT+. Por ejemplo, la homosexualidad puede castigarse con penas de hasta 14 años y, en zonas donde se aplica la sharía, incluso con la pena de muerte. No es de extrañar que el debate sobre los derechos LGBT+ también esté prohibido.

El activista LGBT+ Matthew Blaise ha sufrido en sus carnes los métodos de las SARS. Fue arrestado por cuatro agentes, acusado de «caminar como una mujer». Cuando preguntó qué crimen había cometido, los policías respondieron: homosexualidad manifiesta. Le pidieron su teléfono móvil, pero Blaise se negó a cedérselo, para proteger a la comunidad LGBT+ local. «Si encontraran a algún gay entre mis contactos se aprovecharían de él, lo chantajearían o le hablarían a su familia sobre sus tendencias sexuales». A causa de su negativa fue arrestado. «Me amenazaron con golpearme y con matarme sin que nadie se enterara».

La Inspección General de la Policía ha prometido que la controvertida unidad SARS será desmantelada, y sus agentes se repartirán entre otras unidades. Aun así, los jóvenes nigerianos continuarán con sus potestas hasta que el desmantelamiento sea efectivo, para sorpresa de Blaise. «Me preocupaba que los miembros de la comunidad queer tuvieran miedo de ser detenidos, pero ha ocurrido lo contrario. Durante las protestas, han exhibido sin ninguna vergüenza los más bellos eslóganes en torno al tema queer lives matter  (las vidas queer importan).

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