Según revela el Washington Post, la organización obtiene todos los millones necesarios para las compras de datos de varios filántropos conservadores. No solo se trata de datos de Grindr, sino también de aplicaciones como Scruff, Growlr y Jack'd. Para ello, el grupo utiliza datos de 2018 a 2021 obtenidos a través de empresas que compran y venden datos. Así, la organización espera revelar la sexualidad de los sacerdotes, si bien no entran a averiguar si los sacerdotes estadounidenses violan el celibato.
Grindr ha estado lidiando con escándalos de datos desde hace algún tiempo ya. Por ejemplo, el año pasado se reveló que la aplicación había estado vendiendo sus datos relativos a la ubicación de sus usuarios a empresas de publicidad comercial durante años. El hecho de que estos datos tan sensibles sean también utilizados ahora para otros fines alimenta aún más las críticas hacia la aplicación de citas.
Grindr indica al Washington Post que dejó de vender comercialmente sus datos de ubicación en 2020. Asimismo, Growlr dejó de hacerlo el año pasado. Scruff y Jack supuestamente también hicieron que sus datos de ubicación no estuvieran disponibles. El ejecutivo de Grindr, Patrick Lenihan, declara estar conmocionado por las revelaciones y "furioso" con los activistas, diciendo que Grindr continuará luchando para excluir a grupos maliciosos de la industria publicitaria.
Sin embargo, el daño ya está hecho. Por ejemplo, en 2021, con la ayuda de este grupo, se reveló que el destacado sacerdote Jeffrey Burrill usaba Grindr. No está claro si el grupo ha tenido más objetivos.
Por su parte, el director de Catholic Laity y Clergy for Renewal, Jayd Hendricks, dice estár "orgulloso" de la organización. “Nuestro propósito es amar a la Iglesia y ayudar a la Iglesia a permanecer Santa”. Fuentes informan al Washington Post de que el proyecto debería haberse mantenido en secreto. La declaración de Hendricks solo se produjo después de que el periódico solicitara una entrevista en varias ocasiones.